Ríos Montt, fue condenado a 50 años de prisión por genocidio y a 30 por delitos contra deberes de la humanidad, como la legislación guatemalteca tipifica los crímenes de lesa humanidad.
La juez Jazmín Barrios, presidenta del Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, al leer la sentencia, dijo que "Ríos Montt tuvo conocimiento" de las matanzas perpetradas por las Fuerzas Armadas bajo su mando, y que "no lo detuvo a pesar de tener el poder para evitarlo".
En el histórico fallo, el tribunal aseguró que el militar, de 86 años, es "responsable" del genocidio perpetrado en contra de los ixiles "en calidad de autor", el cual durante el período en que gobernó de facto el país, se cobró la vida del 5,5% del total de la población perteneciente a esa etnia.
El tribunal también revocó el arresto domiciliario del exdictador, en el que permanecía desde enero de 2012, y ordenó su inmediata detención y traslado a un cuartel militar que funciona como prisión preventiva.
Los jueces consideraron que las Fuerzas Armadas "utilizaron el hambre como arma militar" para destruir a los ixiles, los cuales fueron declarados "enemigos internos del Estado", y que todas las acciones represivas contra los indígenas tenían como objetivo "la aniquilación" de esa etnia.
Ríos Montt, quien escuchó la sentencia del tribunal con aparente serenidad, fue acusado por la Fiscalía de la muerte de 1.771 indígenas ixiles a manos del Ejército durante los quince meses que gobernó de facto Guatemala.
Los crímenes por los que el exjefe de Estado fue juzgado fueron perpetrados en el marco de la guerra interna de 36 años (1960-1996) que padeció este país centroamericano.
Por otra parte, el tribunal absolvió al general retirado José Rodríguez Sánchez, exjefe de Inteligencia Militar, quien fue juzgado junto a Ríos Montt por los mismo delitos, al considerar que "no tuvo injerencia" en las operaciones contra los indígenas ixiles.
El tribunal también ordenó a la Fiscalía investigar al resto de personas que pudieron haber participado en los hechos juzgados, aunque no precisó sus nombres. Con la sentencia emitida, explicó la juez Barrios, "se reconoce la verdad" de los hechos ocurridos, que "deberá ayudar a sanar las heridas del pasado" y "fortalecer la democracia del país".
"Este tipo de hechos no deben de volver a repetirse. El pueblo de Guatemala desea vivir en paz", subrayó la juez. Esta es la primera vez en la historia de Guatemala que un exjefe de Estado es procesado por las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la guerra interna.
Su abogado pide su absolución
El exdictador se declaró inocente de los cargos y su abogado solicitó que sea absuelto por no haber evidencias en su contra.
"Me declaro inocente. Nunca he tenido la intención ni el propósito de destruir una etnia nacional. Mi situación de Jefe de Estado, mi ocupación, fue específicamente para retomar el rumbo de la nación que estaba en la borda", dijo Ríos Montt ante el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo donde se realiza el histórico juicio, el primero por genocidio a un ex jefe del Estado.
Durante los más de 60 minutos de su declaración, Ríos Montt negó que en el período en que fue Jefe de Estado y Comandante General del Ejército tuviera conocimiento de las acciones contrainsurgentes que realizan las Fuerzas Armadas.
El abogado Francisco García Gudiel, defensor de Ríos Montt, al presentar las conclusiones del juicio pidió este jueves al tribunal que borre "cualquier rencor y cualquier odio" y que "emita un fallo apegado a la ley".
"Me atrevo a pedir, por la falta de pruebas, la absolución total" Ríos Montt, quien "tomó la decisión histórica de afrontar el momento coyuntural que se le puso en sus manos" de gobernar el país, argumentó el letrado.
Al igual que Ríos Montt, el abogado responsabilizó al Ejército Guerrillero de los Pobres, la organización insurgente que operó en las zonas del denominado Triángulo Ixil, en el noroccidental departamento de Quiché, de haber involucrado a los civiles en la guerra.