La ofensiva ucraniana en la región rusa del Kursk sigue imparable después de tomar 75 localidades y 1.000 kilómetros cuadrados de terreno. La situación ha obligado a que el gobernador de la región rusa de Bélgorod declare la emergencia regional y pida ayuda al Kremlin. Desde el inicio del ataque han sido evacuadas más 120.000 personas, incluidos 5.000 niños de la zona de Bélgorod, muy próxima a la de Kursk.

Por su parte, Rusia está tratando de frenar el avance de Ucrania y ha reforzado la zona con aviones de combate, lo ha confirmado ya su ministro de defensa. Desde que Kyiv decidiera entrar en territorio ruso, según asegura Vladimir Putin, para mejorar su posición ante una futura negociación, la tensión no disminuye en la zona. Ucrania ya ha puesto en marcha fortificaciones en el lado ucraniano de la frontera ante una posible represalia rusa mientras sus tropas, al otro lado, siguen avanzando.

Uno de los hitos de la jornada es el momento en el que la corresponsal de televisión enseña el momento justo en el que soldados ucranianos retiran la bandera rusa en la ciudad de Sudzha, mientras gritan: "¡Gloria a Ucrania!". Sólo hoy, el mando militar ucraniano, asegura haber avanzado casi dos kilómetros en suelo ruso.

Zelensky considera la ofensiva como un rotundo éxito, no solo por el territorio, también por el gran número de prisiones rusos capturados: "Gracias por reponer el fondo de intercambio, más de 100 personas en la mañana. Nos ayudará a que nuestros niños y niñas regresen".