Grecia vive su segunda huelga general del año. La huelga tiene lugar tan solo tres días después de que el Parlamento aprobara las nuevas medidas de recorte acordadas entre el Gobierno tripartido dirigido por el conservador Andonis Samarás, y la troika formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Este nuevo plan de ajuste, que ha sido requisito para obtener el próximo tramo del rescate financiero, contempla, entre otras medidas, el despido de 14.000 empleados públicos hasta finales de 2014. Además, incluye una nueva reducción del salario mínimo y de los 580 euros mensuales actuales pasa a 490 euros para los mayores de 25 años y a 427 euros para los menores de esa edad.
Esta prevista una manifestación en el centro de Atenas, en la plaza de Klathmonos, convocada por los dos sindicatos mayoritarios, el ADEY del sector público y el GSEE, del privado.
Los transportes públicos están desarrollando numerosos paros, aunque no se vive una parálisis total en el tráfico, ya que los autobuses han decidido funcionar entre las 09.00 y las 21.00 horas locales y sumarse a la huelga tan solo en el turno nocturno. De esta forma, el sindicato quiere facilitar la participación masiva en las manifestaciones de protesta. El metro, el tren suburbano y los trolebuses, en cambio, han acordado hacer el paro a la inversa, y permanecerán en las cocheras hasta las 21.00 horas locales.
Los hospitales únicamente ofrecen desde esta mañana servicios mínimos y las farmacias están cerradas en Atenas, pero no en El Pireo, donde abren con normalidad. Todo el transporte marítimo está paralizado desde la medianoche y los barcos seguirán amarrados a puerto hasta transcurridas las veinticuatro horas de la huelga.
En el tráfico aéreo, en cambio, todo funciona con normalidad, según un portavoz del aeropuerto de Atenas. El transporte aéreo no se ha adherido a la huelga.