El martes Atenas debe pagar 500.000 millones de euros al FMI, el 20 de julio 6.500 millones al BCE y ya han dicho que no hay dinero. Lo desconocido desde la creación de la eurozona es el impago de una deuda de tal magnitud. Una crisis bancaria en Grecia como esta y su efecto en Europa e incluso una salida del euro hacen que la amenaza de un corralito en el país heleno sea más real que nunca.