La invasión de Ucrania gira el timón del poder dentro de la Unión Europea. Hasta hace poco, según explica la profesora Ruth Ferrero, "todos los grandes acuerdos tenían que contar con el apoyo geopolítico fundamental que era París-Berlín", pero ahora "ese eje se ha debilitado de manera muy sustantiva".
Alemania, con Angela Merkel a la cabeza, siempre ha defendido una política de mayor cooperación, sobre todo comercial, con Rusia y esto le llevó a la inauguración en 2011 del gasoducto Nord Stream. Tres años después, llegaba la crisis del Euromaidán y ahí surgió con fuerza el bloque Polonia-países bálticos que apuesta por una relación de conflicto y no cooperación con Moscú. Ese bloque, según apunta Ferrero, "se ha ido cohesionando a lo largo de estos años" y la invasión rusa les ha puesto "en primer plano".
Sus miedos ante una posible agresión de Rusia a Ucrania se cumplen con la invasión y esto, además, pilla con el pie cambiado a Alemania, con un Olaf Scholz recién estrenado en el cargo de canciller. En este sentido, la experta en Ciencia Política incide en que "el carácter de Scholz no tiene nada que ver con el de Angela Merkel" y tampoco sus "capacidades negociadoras con sus socios de gobierno".
Así, el eje París-Berlín pierde enteros en su influencia en cuanto al camino a seguir frente al conflicto. Dos países que apuestan más por un final negociado, frente al bloque emergente, más cercano ahora a Washington y a la OTAN. Rubén Cavero, representante de la asociación de jóvenes europeístas Equipo Europa, apunta que "son los que más empujan a esa victoria ucraniana, cueste lo que cueste".
Un poder creciente, el de Varsovia, que ha traído otras consecuencias dentro de la UE que, según Cavero, "tenía bajo su lupa el Estado de Derecho en Polonia" y ahora "ha rebajado esa intensidad". Así, apunta por su parte Ferrero, "no se cuestiona más el Gobierno de Ley y Justicia de Morawiecki, que es el que está en primera línea del frente".
A punto de cumplirse los 10 meses de guerra, no está claro que Europa salga reforzada de la crisis, pero sí muy diferente de su estado actual.