Su ayudante la toma del brazo, pero Hillary no puede más. Se tambalea y está a punto de caerse, hasta que, rápidamente, la meten al coche y cierran filas en torno a ella. Al detalle puede apreciarse cómo, súbitamente, pierde el contacto con el suelo, sin fuerzas para seguir de pie.

La abrupta marcha de Hillary Clinton del memorial por el 11 de septiembre le está pasando factura. Le llueven las críticas por no haber reconocido abiertamente que padece neumonía. "Me siento fenomenal", decía sonriente tras 90 minutos de descanso en casa de su hija.

Aunque en realidad no está bien. La neumonía la ha obligado a cancelar un viaje electoral por California durante dos días. "Lo normal es que, mientras el paciente está haciendo el tratamiento con antibióticos, debe guardar reposo unos 10 días", explica el neumólogo del Hospital NISA de Sevilla, Jesús Peña.

La candidata demócrata, que cumple 69 años en octubre, no pasa por su mejor momento de salud. Ya tuvo hace unos días serios problemas en un mitin electoral.

Aunque Donald Trump le ha deseado una pronta recuperación, siempre ha atacado a Hillary poniendo en duda su buena condición física. "Hillary Clinton no tiene la fuerza ni el aguante para ser presidenta", dijo el candidato republicano. Trump ha pedido en redes sociales que publique su historial médico, algo que también señalaban medios como el New York Times.

De momento Hillary descansa. Necesita acopio de energías para el primer debate cara a cara con Trump dentro de 14 días