"Donald Trump actúa como otro Hitler al incitar al racismo", afirmó en plena campaña electoral Eva Schloss, superviviente de un campo de concentración nazi y hermanastra de Ana Frank, la niña que se convirtió en el símbolo de la persecución de los judíos durante el Holocausto. El debate está abierto y los historiadores se han lanzado ya a analizar las similitudes y diferencias de las primeras semanas de mandato de ambos dirigentes.
Algunos autores como Ben Rosenbaum afirmaron en campaña que era exagerada esta comparación, pero tras la toma de posesión cambió de opinión. "Sólo unos pocos se tomaron en serio a Hitler. Y antes de que nadie se diese cuenta se había hecho con el resto de países europeos", ha alertado. Lo mismo ocurrió con Trump, dice Rosenbaum, cuyas posibilidades de llegar al poder en Estados Unidos parecían nulas en un principio y eran incluso objeto de mofa.
El reconocido historiador de la Universidad de Yale Timothy Snyder también observa "inquietantes" paralelismos entre la situación en la que el partido nazi se hizo con el poder en Alemania o el "manual de estrategia de los años 30" y la actual Administración de Donald Trump.
Con su llegada a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Trump ha puesto en marcha la potente maquinaria del Estado para cumplir sus compromisos: quiere impedir la entrada de refugiados y ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, construir un muro en la frontera con México y deportar a los inmigrantes que no cuentan con permiso de residencia. Ante las críticas y obstáculos del sistema de garantías democráticas, Trump no ha dudado en desacreditar tanto al poder judicial como a los medios de comunicación.
"Donald Trump actúa como otro Hitler al incitar al racismo"
Al otro lado del Atlántico, en Alemania, los historiadores y expertos se muestran, sin embargo, mucho más cautos a la hora de establecer tales comparaciones, con el argumento de que este tipo de discursos podrían contribuir a banalizar el Holocausto y ser ofensivos con las víctimas.
"Yo veo diferencias, sobre todo, en el ámbito judicial. Nosotros en Alemania no teníamos una justicia realmente imparcial. Trump es un fenómeno por sí mismo. No se deben hacer comparaciones con el régimen nacionalsocialista", ha argumentado en declaraciones a DPA Ursula Münch, directora de la Academia para Educación Política en Tutzing, en el sur del país.
El director del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, la institución que editó el año pasado la versión crítica del 'Mi Lucha' de Hitler, también comparte sus reservas a la hora de identificar a los dos dirigentes, aunque sí percibe ciertas similitudes en relación con el momento en que ambos ascendieron al poder.
"Un paralelismo es la tendencia a la erosión que se da en el sistema de partidos tradicionales, que es una característica que se puede observar en la actualidad en todas las democracias occidentales. El partido nazi también llegó al poder porque los pilares del conservadurismo y el liberalismo estaban erosionados", ha subrayado Andreas Wirsching en entrevista con DPA.
Asimismo, entiende que la aprobación de un decreto para evitar el ingreso en el país de ciudadanos procedentes de siete países musulmanes supone un intento de Trump de generar inseguridad jurídica y crear un vacío de poder. "Solo se puede esperar que las élites conservadoras de Estados Unidos no cometan los mismos fallos que se cometieron en la República de Weimar con Hitler y esperemos que no sucumban a la tentación de ponerse a disposición de Donald Trump", ha advertido Wirsching.
En su opinión, son mayores las diferencias entre Trump y Hitler que las similitudes. Entre ellas, cita la respuesta de la Justicia americana ante los planes de Trump, una contestación que en la Alemania de los años 30 no se daba, así como la centralización del Estado que llevó a cabo Hitler, una situación que difícilmente, insiste, se podría imaginar en la actualidad en Estados Unidos.
"Además, Hitler contaba con un gran apoyo popular en las calles y estamos a años luz de algo así en Estados Unidos", ha asegurado el director del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, al tiempo que ha recordado que el nuevo presidente estadounidense no fue elegido por mayoría absoluta.