El presidente francés, François Hollande, finalizó en la sala Bataclan las conmemoraciones oficiales celebradas en los diferentes escenarios de los atentados yihadistas que hace un año causaron la muerte de 130 personas y heridas a varios cientos.
Hollande repitió ante la fachada de esta sala de conciertos el mismo esquema sobrio que había comenzado dos horas antes en el Estadio de Francia, que fue cronológicamente el primer lugar donde se produjeron los ataques.
Primero descubrió una placa conmemorativa de la masacre, luego un hombre y una mujer leyeron los nombres de las 90 personas que fueron asesinadas allí, puso una corona de flores y se guardó un minuto de silencio.
El jefe del Estado, que estuvo acompañado en ese acto por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y a más distancia por buena parte de los miembros de su Gobierno, saludó a continuación a allegados y familiares de las víctimas que se habían acercado, en una mañana fría y con una lluvia fina intermitente.
El homenaje en Bataclan estuvo rodeado de férreas medidas de seguridad, con barreras resguardadas por agentes con metralletas, que obligaban al poco público presente a presenciar el acto a varias decenas de metros.