El hombre, Xie Xingtang, es un desempleado de 33 años que ha dejado un muerto y 24 heridos tras inmolarse en el este de China.
Las investigaciones iniciales de las autoridades indican que Xie se suicidó, aunque se desconocen los motivos o el material que utilizó para inmolarse.
Xie padecía una grave enfermedad de hígado y había empeorado recientemente. En China se han producido sucesos similares, en los que los ciudadanos han recurrido a bombas caseras, ante la prohibición de armas de fuego en el país, para protestar por algún problema que ha sido obviado por las autoridades.
En 2013, un hombre paralítico detonó una bomba en el aeropuerto de Pekín en su lucha por conseguir una compensación por la agresión que sufrió hacía más de ocho años a manos de la policía local y que, según dijo, le dejó postrado en una silla de ruedas de por vida.