Después de que más de 2.000 inmigrantes hayan llegado a Hungría ya, aún siguen congregados cientos de personas en la estación para poder coger un tren para seguir su viaje hacia Europa occidental. La Policía, que ha reforzado su presencia en el lugar, no les deja acceder a los trenes.

Un verdadero campamento se ha creado a la salida de metro de la estación, con centenares de refugiados que reciben ayuda de los voluntarios de Migration Aid, una organización creada en la red social Facebook.

Migration Aid denuncia que en la estación se ha formado una situación caótica y ha convocado una manifestación contra las anunciadas reformas legislativas con las que el Gobierno del conservador Viktor Orbán planea elevar las penas por el cruce ilegal de las fronteras y movilizar al ejército en la defensa de la frontera.

Después de que se permitiera a casi un millar de refugiados subir a los trenes que partían de Keleti hacia Austria y Alemania, muchos inmigrantes se han trasladado a la estación desde otras zonas de tránsito. En diversas protestas espontáneas que surgieron delante del edificio de la estación, numerosos refugiados han denunciado que no puedan usar el billete de tren que habían comprado.

En un comunicado, la compañía ferroviaria húngara MÁV ha informado de que en algunos casos será posible la devolución del dinero por los billetes. Las autoridades húngaras han interceptado en lo que va de año a más de 150.000 refugiados procedentes de países en conflicto, que en su gran mayoría quieren seguir hacia países más ricos de Europa como Austria o Alemania.