La tregua humanitaria alcanzada entre el Gobierno de Israel y las facciones gazacíes ha entrado en vigor poco después de que tanto Tel Aviv como el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) aseguraran que la respetarían.

"Reconociendo la petición de Naciones Unidas y por consideración a la situación de nuestro pueblo, las facciones de la resistencia han acordado una calma humanitaria y mutua de 72 horas, siempre y cuando la otra parte la respete",  ha dicho el portavoz de la formación islamista, Sami Abu Zuhri.

Un funcionario de la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho que "Israel ha aceptado la propuesta de Naciones Unidas y Estados Unidos para un alto el fuego humanitario de 72 horas".

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, han pedido a las milicias palestinas y el Gobierno israelí que actúen con "contención" y respeten los "compromisos" adquiridos. "Este alto el fuego es clave para dar a civiles inocentes el alivio a la violencia que tanto necesitan", han añadido.

En este sentido, han explicado que la población de la Franja de Gaza podrá recibir ayuda humanitaria "urgente" y desarrollar todo tipo de acciones "vitales" como enterrar a los muertos, atender a los heridos o aprovisionarse de alimentos.

De forma paralela a esta tregua, una delegación israelí y otra palestina se desplazarán "inmediatamente" a El Cairo para negociar, con la mediación del Gobierno de Egipto, "un alto el fuego duradero". Las dos partes podrán plantear en este foro "todos los asuntos" que consideren motivo de preocupación.

Un total de 1.442 palestinos han muerto y otros 8.295 han resultado heridos desde el inicio de la operación 'Margen protector', lanzada por Israel contra el enclave palestino el 8 de julio. La inmensa mayoría de las víctimas son civiles.

Por otra parte, han muerto 56 soldados y dos civiles israelíes a causa del impacto de un cohete, así como un ciudadano de nacionalidad tailandesa. La muerte de todos los soldados israelíes se ha producido después de la decisión tomada el 17 de julio por el Gobierno israelí de iniciar una operación terrestre contra el enclave.