Israel ultima su ofensiva terrestre a Gaza. Una semana después de que el pasado viernes 13 de octubre Israel diera 24 horas a los ciudadanos de la Franja para desplazarse hacia el sur, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha vuelto a advertir sobre la inminente ofensiva por tierra, que se ha ido retrasando en las últimas jornadas.
Este jueves, Netanyahu visitó a las fuerzas de élite del Ejército israelí, situadas en la frontera de Gaza, para mostrarles su apoyo: "Estoy aquí con los combatientes Golani, vienen de todas las partes del país. Lucharon como leones, lucharán como leones. ¿Estáis preparados para la continuación? Vamos a ganar con todas nuestras fuerzas ¿estáis preparados? Todo el Estado de Israel os apoya, y daremos el golpe duro a nuestros enemigos para que logremos la victoria". Por su parte, el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró a las tropas que pronto verán el enclave palestino "desde dentro".
A pesar de la demora, en Israel se da por hecho que la invasión terrestre se llevará a cabo. Por el momento, desde Estados Unidos, Joe Biden ha prometido a Netanyahu la aprobación de un paquete de ayuda de emergencia para Ucrania e Israel "que no tendrá precedentes" para contribuir a derrotar "a los terroristas de Hamás" y al "tirano (Vladimir) Putin", quienes considera que pretenden "acabar con las democracias".
Tras el ataque de Hamás al sur de Israel el pasado 7 de octubre, Israel ha respondido al ataque más mortífero en sus 75 años de historia prometiendo destruir a Hamás, poniendo a toda la Franja de Gaza bajo un asedio total y bombardeando el enclave en ataques que han matado a miles y dejado a más de un millón sin hogar.
En la última semana, los bombardeos se han sucedido sobre Gaza. La madrugada de este mismo viernes, un ataque aéreo sobre una iglesia ortodoxa griega en Gaza ha causado la muerte de 8 personas que se refugiaban allí de los ataques de las tropas de Netanyahu.
Según han informado los portavoces militares, esta misma noche se han atacado "más de 100 objetivos de Hamás" y este mismo jueves Israel lanzó una operación terrestre en un campamento de Cisjordania que se ha saldado con la muerte de, al menos, 13 palestinos.
El ataque más violento se produjo el martes, cuando un bombardeo dejó más de 500 muertos en el hospital Al-Ahli, uno de los 28 de la Franja de Gaza. Israel y Hamás se culpan mutuamente del ataque.
Un bombardeo que sí ha condenado el jefe de la Casa Blanca, que en su discurso ha querido diferenciar entre Hamás y el pueblo palestino, tras manifestar su compromiso con alcanzar la paz y una solución de dos Estados al conflicto. Así, se ha mostrado "profundamente conmovido" por la muerte de palestinos tras el ataque contra el hospital gazatí de Al Ahli, si bien ha desvinculado al Ejército de Israel de su supuesta responsabilidad. "Estoy consternado por la trágica pérdida de vidas palestinas, incluida la explosión en el hospital de Gaza, que no fue obra de los israelíes. Lloramos cada vida inocente perdida. No podemos ignorar la humanidad de palestinos inocentes que solo quieren vivir en paz y tener una oportunidad", ha agregado el presidente.
El último balance del Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás, eleva ya a 4.137 los muertos y a 13.260 heridos como consecuencia de los ataques, mientras que Naciones Unidas y diversas ONG han alertado del ahondamiento de la crisis humanitaria en Gaza a causa del "cerco total" impuesto por Israel.
Este mismo viernes, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha asegurado en una entrevista en la Cadena Ser que "estamos delante de una crisis humanitaria que no tiene precedente": "No hay ni un solo lugar seguro en Gaza. Es la jaula humana más cerrada que nunca. La gente no tiene a dónde ir y cuando se movían al sur los han bombardeado".
La organización denuncia que los hospitales están "al límite": "Les quedan horas de fuel y si no tienen fuel separan los generadores. Estamos hablando de unidades de cuidados intensivos, de incubadoras... muchos pacientes van a morir en las camas", han relatado.