Una orden del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha impedido la salida del primer vuelo desde Reino Unido para deportar a solicitantes de asilo a Ruanda, una política del Gobierno de Boris Johnson que ha suscitado la denuncia de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
La respuesta del Ejecutivo británico a este revés pasa por plantear incluso reformas legales para llevar a cabo las deportaciones.
Este martes por la noche, el Ministerio de Interior británico confirmaba a la 'BBC' que el avión finalmente no había despegado, tras los recursos legales de los solicitantes de asilo que iban a ser expulsados. De las 130 personas que iban a ser deportadas inicialmente, solo subieron siete a este avión y todas volvieron a bajar poco después en el mismo aeropuerto.
Uno de los migrantes que estaba a bordo, un hombre iraquí, había pedido asilo en Reino Unido tras sufrir torturas en su país. Una resolución a la que se acogieron el resto de refugiados y que provocó que este primer y polémico vuelo a Ruanda se quedase en tierra.
La ONG Care for Calais informaba poco después de las 22:00 horas, hora local, de que ya no quedaba nadie entro del avión gracias a la acción de la Justicia y de que, por tanto, el vuelo no saldría del aeródromo militar Boscombe Down, en Amesbury.
Rechazo de la ONU
En las últimas horas, el TEDH había ordenado la paralización de la expulsión de varias de las siete personas que iban a ir a bordo del primer vuelo de estas características, que ha provocado una enorme polémica en Reino Unido e incluso el rechazo del príncipe Carlos y de la cúpula de la Iglesia Anglicana.
El tribunal, en su orden para paralizar la expulsión de un solicitante de asilo iraquí, resuelve que "no debe ser expulsado hasta que expire un periodo de tres semanas tras la decisión final en la revisión judicial que está teniendo lugar". Se espera que los tribunales británicos decidan en julio si la deportación de los solicitantes de asilo a Ruanda, acordada por el Ejecutivo de Johnson con el de dicho país, se ajusta a la ley y puede continuar.
La corte de Estrasburgo ha tenido en cuenta la preocupación sobre estas expulsiones que ha expresado ACNUR y también la ausencia de un mecanismo legal que obligue a Reino Unido a aceptar al citado ciudadano iraquí en su territorio si su solicitud de asilo tiene éxito. Asimismo, reconoce que este tipo de decisiones cautelares solo se conceden "de forma excepcional, cuando los solicitantes de otro modo sufrirían el riesgo de daño irreversible".
El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentaba este mismo martes el plan de Reino Unido para enviar a Ruanda a demandantes de asilo que llegan a su territorio de forma irregular y confiaba en que ningún otro país siga su ejemplo.
El Gobierno británico insiste en sus planes
Sin embargo, y a pesar del varapalo judicial, el Gobierno británico insiste en que no se dejará "disuadir" en su empeño. Así lo ha expresado este mismo martes la ministra del Interior, Priti Patel, que se mostró "sorprendida" por la intervención del TEDH.
"No nos disuadirán de hacer lo correcto y llevar a cabo nuestros planes para controlar las fronteras de nuestro país", agregó la ministra, que pergeñó el acuerdo con el Gobierno de Ruanda para que el país africano acoja a los solicitantes de asilo que entran en Reino Unido de forma irregular.
Aseguró también que el equipo legal de su departamento está evaluando la situación y que "muchos de los que han sido sacados de este vuelo irán en el siguiente", cuya preparación "empieza ahora".
"Siempre dije que no será fácil sacar adelante esta política y estoy decepcionada con que los recursos legales de último minuto hayan significado que el vuelo de hoy no pudo salir", ha añadido Patel, representante del ala dura del Gobierno conservador británico.
El propio primer ministro Johnson ya había advertido de que su Gobierno no se dejaría "intimidar ni avergonzar" y de que seguirá adelante con su plan de enviar a Ruanda a los migrantes que lleguen por rutas ilegales.