Desde que la guerra comenzara en Yemen en marzo de 2015, ocho de cada diez habitantes necesitan ayuda humanitaria. Un conflicto que enfrenta a una coalición de mayoría suní liderada por Arabia Saudí y el gobierno de Yemen contra el movimiento chiíta de los hutíes, que cuentan con el apoyo de Irán.
"Es una guerra criminal. Los gobiernos que la apoyan y la sustentan, sostienen y apoyan acciones criminales", denuncia David del Campo, director de Cooperación Internacional de Save the Children.
La hambruna asola a 20.000.000 de personas. De ellos, los peor parados son los niños. Según la ONU, 850.000 niños yemeníes tienen más edad que kilos.
Los que superan la desnutrición severa se enfrentan a otros graves problemas. UNICEF registró en 2015 un total de 52 ataques a escuelas y 63 a centros de salud. Save the Children explica que los niños son objetivos "como arma de guerra".
Desde marzo de 2015, 3.000.000 de personas se han desplazado y 6.600 han muerto, pero las ONG aseguran que nadie denuncia los hechos.
Una lluvia de plomo apoyada por las grandes potencias mundiales y de la que se aprovechan los terroristas de Daesh y Al Qaeda para expandirse.