Al atentado le han
seguido horas de pesadilla para muchas familias británicas. Rotas, separadas, de
muchos de sus niños y chavales, que -entre el pánico- huían y se perdían.
Algunos, con sólo seis años. "Es que era todo un puro caos. Temíamos que
intentaran huir tirándose de los palcos. Horrible", señala Kystin Pollard,
madre y testigo.
Llamamientos angustiados
de familiares y allegados inundaban las redes sociales, mientras los pubs cercanos
se afanaban por resguardar y atender a los afectados. Más de medio centenar de
menores no acompañados han llegado a recogerse en el cercano ‘Holiday Inn’,
convertido en punto de encuentro.
Y las mismas redes
sociales, movilizadas masivamente con la etiqueta #ManchesterMissing, han sido
cruciales para localizar a muchos durante la madrugada. "Corrimos a por nuestras
hijas, pero no estaban en su asiento. Encima mi móvil se había quedado sin
batería... Gracias a una amiga dimos con ellas. Tuvimos que volver a entrar
para recogerlas y no paramos de correr", señala Kelly, madre de una niña que
asistía al concierto.
Pero esta mañana,
decenas de padres seguían sin dar con los suyos. Como una madre, desesperada,
que ha recurrido a la televisión en busca de su hija adolescente. Imposible no emocionarse.
La esperanza de estas
familias es que los que no daban señales estén en alguno de los ocho hospitales
que han atendido a los heridos desde la noche del lunes.