Enormes colas en todos los bancos y cajeros y un mismo cartel que se repite en cada establecimiento: "No hay efectivo". Es la imagen que se repite en la India después de que el Gobierno local haya retirado los billetes de 1.000 y 500 rupias para luchar contra el fraude.
Este hecho ha desatado una crisis de liquidez, ante lo que el Gobierno ha pedido paciencia porque la vuelta del efectivo va para largo, ya que durará otros 50 días. "Es una medida que se pasa de efectiva al ser tan drástica y pillar desprevenida a la población, explica el experto Juan Ignacio Crespo.
Los billetes de 1.000 y 500 rupias suponían el 80% del efectivo del país. Los turistas están sufriendo ya las consecuencias, y denuncian que no pueden sacar dinero.
India es un país que vive prácticamente en metálico, ya que de los más de 1.200 millones de habitantes que tiene, sólo 150 millones tienen cuenta bancaria, a penas un 12%.
Se trata de una medida in extremis que quiere acabar con la economía sumergida, que supone un 20% de la economía del país.