Se llamaba Agnes Gonxha pero se le conoce mundialmente como Madre Teresa. Imagen de devoción y solidaridad, fundó las Misioneras de la Caridad, una congregación característica por cuidar a los marginados del sistema y por su vestimenta: los saris blancos con ribete azul.
Hizo de Calcuta, en la India, su primer lugar de acción. De su devoción, un imperativo: ayudar a los pobres. Pero no solo la hemos visto con los desheredados, también con los poderosos. "En el funeral lo vimos. Ahí estaban los grandes de la Tierra y los olvidados del mundo", asegura la periodista Paloma Gómez Borrero.
Esas relaciones con el poder han sido cuestionadas por el periodista británico Christopher Hitchen, que acusa a la Santa de Calcuta de recibir donaciones del exdictador haitiano Duvalier o del estafador estadounidense Charles Keating.
Sin embargo, el director de Religión Digital, José Manuel Vidal, explica su relación con estos mandatarios. "En este tipo de personajes siempre hay claroscuros. Cuando una santa como la madre Teresa de Calcuta se dedica a decirle a los ricos que le den dinero para poder atender a los pobres, tiene que relacionarse con esos ricos".
La Madre Teresa revolucionó la manera de hacer caridad, ayudando a los más desfavorecidos a salir de la pobreza sin cuestionar el sistema, pero asistiendo con premura a los enfermos para morir con dignidad.