Los gritos de histeria y angustia de cientos de migrantes al borde de sus fuerzas son la sobrecogedora banda sonora de los rescates en el Mediterráneo. Muchos no saben nadar y temen morir ahogados, otros chillan desesperados porque acaban de separarlos de sus hijos, de apenas meses.
La mayoría de ellos lloran porque han visto la muerte de cerca demasiadas veces. Por el horror de lanzarse al mar en un viaje que podría ser el último. 15 personas murieron este lunes en el Mediterráneo central entre Libia y Sicilia, cuando llegaron los equipos de rescate flotaban inertes en el agua.
Más de 2.700 lograron sobrevivir, aunque el sonido de la tragedia tardará mucho tiempo en desvanecerse de su recuerdo.