La sombra del pucherazo informático pone en duda los resultados de las elecciones en Estados Unidos, lo cree la que fue candidata del minoritario Partido Verde, Jill Stein, que está recaudando fondos para pedir oficialmente un recuento en tres estados sospechosos donde hay grandes diferencias entre los resultados del voto electrónico y el voto en papel.
Los hackers rusos estarían en el punto de mira. Los servicios de inteligencia estadounidenses creen que antes de las elecciones fueron ellos quienes robaron los emails de miembros del equipo de Clinton y quienes lograron entrar en sistemas informáticos electorales locales.
Michigan, Pensilvania y Wisconsin son los tres estados sospechosos de pucherazo para Jill Stein, reparten en total 46 votos electorales. Si en vez de para Trump, la victoria en esos estados hubiera sido para Clinton, ella hubiera ganado la presidencia y no el magnate.
Hillary Clinton no ha sembrado duda alguna sobre el resultado y Donald Trump, tratando de atajar ya la división, ha aprovechado la fiesta de Acción de Gracias para lanzar un mensaje: "Esta histórica campaña política ha terminado, pero ahora comienza una campaña nacional para reconstruir nuestro país".
Aun dado por buenos los resultados tal y como están, la ventaja de voto popular de Clinton sobre Trump ronda ya los dos millones.