La nueva imagen de la vergüenza en la crisis de refugiados es el campamento de Sindos. Los niños que vivían en el barrizal de Idomeni corren ahora por los pasillos del hangar abandonado de Sindos, un campamento en medio de la nada, concretamente en una zona deprimida a las afueras de Salónica.
laSexta ha podido acceder a este nuevo espacio puesto en marcha por el ejército griego. Puede parecer que en él están mejor porque al menos tienen un techo, pero viven hacinados ya que ni corre el aire, ni tienen los servicios adecuados de electricidad, agua o saneamiento. Tampoco en el campamento de Kalachuri en donde ni siquiera podemos entrar, pero, nos cuentan, que no tienen asistencia médica.
La ONU ya ha dado la voz de alarma y exige que Grecia y la Unión Europea pongan en marcha pronto una alternativa mejor para alojar a los refugiados. "Los lugares a los que han sido trasladados los refugiados están muy por debajo de los mínimos aceptables. Son almacenes y fábricas sin las condiciones adecuadas", declaran.
La situación no es mucho mejor en los campos al aire libre, como el de Daviata. Están saturados tras las últimas llegadas de refugiados desde Idomeni. Sólo son un lugar más donde esperar asilo de una Europa que sigue cerrándoles las puertas.