La nueva oleada de entradas puso al límite la capacidad de los servicios de emergencia prestados por la Cruz Roja, el Ejército austríaco y voluntarios. Sólo en tres horas más de 1.700 personas cruzaron la frontera. Los refugiados llegaron en tren hasta la localidad húngara de Hegyeshalom y desde allí caminaron a pie hasta el cercano pueblo de Nickelsdorf, ya en suelo austríaco.

Algunos de los refugiados, que llegaron agotados, fueron alojados en centros dispuestos para atenderles y se les pidió paciencia mientras se organiza su transporte hacia Viena.

Un tren con unas 500 personas llegó a la Estación del Oeste de la capital, desde la que algunos siguieron directamente viaje hacia Alemania. La mayoría pretende continuar hacia ese país y sólo unas 20 personas han formulado durante la noche una petición de asilo en Austria.

La Policía cree que actualmente a los refugiados no les lleva más de un día desde que entran en Hungría desde Serbia y llegan a suelo austríaco. Las autoridades húngaras interceptaron a 3.321 refugiados que entraron en el país de forma ilegal, lo que significa un nuevo récord, informó la policía húngara.

Se espera que en los próximos días sigan llegando más exiliados ya que muchos tratarán de pasar a Austria antes de que el día 15 entre en vigor la nueva ley húngara que prevé penas de hasta tres años de cárcel para quien entre en el país ilegalmente. El pasado fin de semana unas 15.000 personas entraron en Austria desde Hungría.