La demócrata Lori Lightfoot fue elegida este martes por abrumadora mayoría como la primera alcaldesa afroamericana y lesbiana de Chicago, la tercera ciudad más poblada de Estados Unidos.
"Hoy no solamente hicimos historia, sino que hemos iniciado un movimiento por el cambio", dijo esta abogada de 56 años en la celebración de su victoria en un hotel de la ciudad poco después de que la Junta Electoral la declarase ganadora con un 73,8 % de los sufragios.
"Cuando comenzamos nuestra campaña, nadie confiaba en nuestras posibilidades. Ahora, vean a dónde hemos llegado", añadió la alcaldesa electa, que prometió poner "los intereses de todos los habitantes de la ciudad por encima de los intereses de unos pocos poderosos".
Lightfoot enfrenta a su llegada al poder problemas como las altas tasas de criminalidad, brutalidad policial, corrupción endémica, déficit en las finanzas y falta de recursos para la enseñanza pública. Chicago registró 561 asesinatos en 2018, un centenar menos que el año anterior pero más que Nueva York y Los Ángeles, las dos ciudades más pobladas del país, juntas.
Esas tasas de homicidios llevaron al presidente de EEUU, Donald Trump, a amenazar en 2017 con intervenir la ciudad con fuerzas federales para frenar lo que calificó de "carnicería".
En las elecciones, Lightfoot se impuso a la también demócrata y afroamericana Toni Preckwinkle, presidenta del Partido Demócrata en Illinois, que obtuvo el 26,2 % de los sufragios. "Este puede no ser el resultado que queríamos, pero aunque me decepcione, no estoy desanimada", dijo Preckwinkle. "Esta es claramente una noche histórica, porque hasta no hace mucho, dos mujeres afroamericanas en una segunda vuelta a la alcaldía habría sido impensable", añadió.
En los comicios tan solo participó un 29% de los 1,5 millones de censados, aún menos que el 34 % que lo hizo en la primera vuelta de febrero, en la que participaron 14 candidatos. Este número fue el resultado de la sacudida del tablero político que supuso el anuncio en septiembre pasado del actual alcalde, Rahm Emanuel, de no aspirar a un tercer mandato.
El ex congresista y también ex jefe de gabinete de los presidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama, que llegó al cargo con las mejores credenciales, vio reducida abruptamente su carrera al frente de la alcaldía como consecuencia de un caso de violencia policial. El escándalo ocurrió en 2014, cuando un policía blanco mató de 16 disparos por la espalda a un adolescente afroamericano. Emanuel perdió el apoyo de la comunidad afroamericana después de que sus líderes le acusasen de encubrir el crimen. Al policía, Jason Van Dyke, le condenaron a 81 meses de cárcel por un delito de homicidio en segundo grado.