Tailandia se tiñe de negro por la muerte de su rey. Sus calles, sus tiendas, sus mercados y su gente. Un país entero de luto. Solo el color de sus monjes y la luz de sus velas consigue romper la oscuridad de un estado todavía desolado.
"No puedo describir con palabras lo desolada que estoy. Su muerte ha sido la pérdida más grande de mi vida", afirma una ciudadana. "El rey era como un padre para mí. Me siento como si mi padre hubiese fallecido", asegura otra chica.
Días desde el fallecimiento de su monarca, al que miles de tailandeses veían casi como un dios, las colas para despedirse siguen siendo interminables y el silencio a las puertas del palacio, sepulcral. "Ni hay ni habrá nunca un rey como él en todo el mundo", asegura un ciudadano.
El de Bhumibol ha sido el reinado más largo de la historia de Tailandia. Ahora como muestra de respeto, se prohíben festejos durante un mes y se decreta un año de luto a los funcionarios. "He comprado muchas camisetas para mi familia. Todos estamos de acuerdo en ir vestidos de negro durante un año".
Y en medio de este duelo, una preocupación: que la tela negra pueda agotarse o que sus precios se disparen. Quienes aprovechen para sacar dinero de esta tragedia dicen, podrían enfrentarse a multas de más de 3.500 euros y penas de hasta 7 años de cárcel. Ahora, aseguran, es momento de rendirle homenaje y de esperar que descanse en paz.