Después del atentado que ha sufrido Niza, la prioridad para los heridos era ponerse a salvo, y para ello la solidaridad del pueblo francés salió a relucir.
La ubicación del atentado, al lado de la playa, hizo que una zona llena de hoteles se convirtiera en un terreno de hospitales de campaña para atender a los heridos.
"Estaba lleno de gente que lloraba. Todo estaba sucio, era verdaderamente increíble", ha explicado un empleado del Hotel Beau Rivage. Este es uno de los muchos que han abierto sus puertas para que decenas de personas durmieran en los halls, pues las habitaciones ya estaban llenas.
El presidente de Provenza-Alpes-Costa Azul, Christian Estrosi, ha afirmado que en su hotel se decidió "abrir un centro de crisis, y utilizar las habitaciones para atender a las familias y a las víctimas".
Los taxistas también ayudaron con carreras gratis para llevar a los heridos a los hospitales que estaban abarrotados de gente. Y cuando estos faltaban, se buscaban alternativas. "No había taxis disponibles y llamé a un amigo para que llevara a una familia", ha explicado otro empleado del Hotel Beau Rivage.
Las redes también sirvieron de ayuda, el hashtag #PuertasAbiertas consiguió ayudar a acoger a los que necesitaran cobijo y para encontrar a los desaparecidos. La iniciativa #ResearcheNice ha llenado las redes de fotos para encontrarles y ha hecho feliz a una madre que había perdido a su bebé de 8 meses.