El portavoz del departamento de Estado, John Kirby, indicaba en su rueda de prensa diaria que "más del 90 % de los ataques que hemos visto hasta la fecha no han sido contra el EI o terroristas afiliados a Al Qaeda, (...) han sido en su mayoría contra grupos opositores al régimen de Bachar al Asad que quieren un futuro mejor para Siria y no quieren ver al régimen de Asad permanecer en el poder", añadió.

Esta es la primera vez que el Gobierno estadounidense revela cifras sobre los objetivos de los ataques rusos en Siria iniciados el pasado 30 de septiembre, aunque la oposición siria ya acusó a Moscú desde el primer momento de estar causando víctimas civiles en ataques que no van dirigidos contra el EI.

El Kremlin, por su parte, niega que eso sea así, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró que los bombardeos de su país en Siria tienen como único objetivo a los yihadistas del Estado Islámico, del Frente al Nusra y de grupos asociados, y añadió que son exactamente los mismos que los de EEUU y sus aliados.

Rusia dio un paso más en su involucración en la guerra de Siria con el empleo, por primera vez desde que comenzó su intervención aérea hace una semana, de misiles de crucero disparados por buques de guerra desde las aguas del mar Caspio.

En una reunión celebrada con su ministro de Defensa, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció, además, que las fuerzas aéreas rusas van a sincronizar de ahora en adelante sus operaciones de bombardeos de posiciones del terrorista EI con la ofensiva terrestre que está lanzando el Ejército sirio en el centro del país contra los grupos yihadistas.