Ropa, suciedad y bidones de agua quedan atrás en las bodegas de la muerte. Los migrantes huyen de ellas a toda prisa cuando los voluntarios acuden en su ayuda.
Oficialmente, en dos días más de 10.000 personas han sido rescatadas en el Mediterráneo. 50 no han sobrevivido a la peligrosa travesía. ONG como Proactiva Open Arms explican que no dan abasto, no hay tiempo para descansar. "En dos días han dormido dos horas, tenemos la llegada de barcazas de maderas. Las tememos porque llegan a alcanzar hasta 1.000 personas. En una de ellas hemos tenido 29 muertos por asfixia", explica Óscar Camps, director de Proactiva Open Arms.
En total, en las últimas horas, los voluntarios españoles han recuperado 37 cadáveres. "Ha sido muy duro meter los cadáveres en bolsas. Nos han dejado tirados. No mandan a nadie a buscarlos. Nos han dejado inoperativos", explica Camps.
Los migrantes son salvados al límite de sus fuerzas y a algunos los evacúan en helicóptero. Al llegar a puerto sus caras no reflejan alegría. Están serios. Tristes porque en muchos casos han perdido en el mar a familiares y amigos.