El ejército griego ha llegado a Lesbos para trasladar a los refugiados de Moria a una base militar. Sin embargo, ellos deniegan, y tienen lógicos argumentos: piden a las autoridades una solución real y a largo plazo.
La desesperación por la falta de agua, comida y de atención médica tras el incendio de Moria cada día es mayor. Malviven, paradójicamente, junto a supermercados que están cerrados; sin embargo, las soluciones a largo plazo no parecen estar en la agenda del Gobierno griego.
Por el momento, algunas asociaciones y ONG comienzan a brindar ayuda. Malen, cooperante española de la ONG Zaporeak, ha podido empezar a repartirles comida, aunque la organización ha tenido que cerrar su cocina tras estar en contacto con un positivo. "Hemos puesto a disposición de otras ONG todo lo que tenemos en el almacén", ha explicado la joven.
David, coordinador de campo de la ONG 'Rowing Together', cree que “no se puede repetir” el hecho de tener a personas “atascadas durante meses o años”.
Otro revés para los refugiados, que tendrán que pasar su cuarta noche a la intemperie, durmiendo en los arcenes de la carretera o en las estaciones. Las deplorables condiciones se hacen notar cuando cae el sol y las temperaturas se vuelven frías; pero también se hace notar durante el día, cuando se superan los 30ºC, y el asfalto adquiere temperaturas abrasadoras.
Diez países de Europa ya han anunciado que acogerán a los 400 menores no acompañados que fueron evacuados ayer a la península griega, pero cuesta dislumbrar un futuro para los 12.000 refugiados que quedan sin amparo en Lesbos.
Desde la Asociación Amigos de Ritsona han elaborado una petición para exigir al Gobierno español que acoja a parte de las personas refugiadas en el campo de Moria. “13.000 personas, entre ellas miles de niños, han quedado totalmente desprotegidos después del devastador incendio que tuvo lugar esta semana. Es importante que se les de acogida en los países de la UE”, recoge la petición en change.org.