Hasta 10 milicianos se abrieron camino en la base y abrieron fuego contra los soldados que estaban en un comedor y que abandonaban una mezquita al término de la oración, según las fuentes, que han precisado que usaron granadas propulsadas por cohetes y fusiles.

El portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, ha señalado en un comunicado que el ataque es una represalia por la reciente muerte de varios líderes del grupo insurgente en el norte de Afganistán.

La coalición internacional liderada por la OTAN cuenta con asesores en la base para entrenar y ayudar a las fuerzas afganas, pero fuentes de la misma han asegurado que no hay efectivos extranjeros afectados por el ataque.

El comandante de la misión 'Apoyo Resuelto' de la OTAN, general John Nicholson, ha condenado el ataque, que "demuestra la naturaleza bárbara de los talibán". "Han matado a soldados en la oración en una mezquita y a otros que estaban comiendo", ha denunciado. "Todos nosotros en la misión de la OTAN condenamos tales acciones asesinas y reprensibles", ha añadido en un comunicado.