El intendente de la región metropolitana de Santiago, Juan Antonio Peribonio ha informado de que este viernes va a decidir si toman alguna acción judicial contra los detenidos. Miles de jóvenes recorrieron desde la tradicional Plaza Italia hasta la estación cultural Mapocho, a unas diez manzanas del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, sin que registraran incidentes.

Sin embargo, al final de la marcha un grupo de encapuchados se enfrentó con la policía y causó graves desórdenes. Pese a que los carabineros emplearon carros para lanzar agua y gases lacrimógenos, los encapuchados consiguieron escapar del cerco policial y atacaron varios locales comerciales y destruyeron paradas de transporte público.

Los manifestantes encendieron barricadas y provocaron diversos daños a la propiedad pública, tal como la destrucción de una cámara de la Unidad Operativa de Control del Tránsito ubicada a pocos metros del centro cívico de la capital chilena. En varias oportunidades la policía se vio sobrepasada por los manifestantes y debió replegarse para evitar el ataque de los encapuchados, que, provistos de palos y otros elementos, atacaron a los uniformados. Carabineros cifró en 18.000 el número de asistentes, mientras que los organizadores calcularon que fueron 50.000 los manifestantes.

Los estudiantes de enseñanza secundaria y universitaria mantienen su reclamación de una educación pública y gratuita que termine con el sistema neoliberal que instauró el dictador Augusto Pinochet. Ante la cercanía de las elecciones presidenciales, los líderes del movimiento estudiantil piden también a los candidatos una mayor claridad en sus proyectos y promesas en el área educativa.