Al menos 24 personas murieron en un ataque de Boko Haram en un pueblo de Nigeria, donde los lugareños se negaron a pagar dinero a la secta radical islámica para sufragar sus actividades, informaron testigos citados por la prensa local.
El suceso aconteció este domingo por la tarde en la localidad de Kamuyya, en el estado septentrional de Borno, donde unos 20 insurgentes, armados con fusiles de asalto y explosivos invadieron un mercado semanal en esa aldea, abrieron fuego contra la concurrencia e incendiaron tiendas.
Al parecer, los radicales habían visitado el pueblo dos semanas antes para exigir a sus habitantes la recaudación de 250.000 nairas (unos 1.550 dólares) a fin de contribuir a financiar sus actos.
Los aldeanos, en su mayoría campesinos y pequeños comerciantes, sólo pudieron reunir 70.000 nairas (carca de 450 dólares), lo que enojó a los fundamentalistas, que amenazaron con atacar Kamuyya, según testigos mencionados por el diario "The Vanguard".
"De hecho, cuando efectuaron semejante amenaza, todos nos lo tomamos a la ligera y nadie se molestó en hacer un esfuerzo adicional para conseguir la cantidad requerida", dijo el residente Bukar Umar.
"Los milicianos, con armas sofisticadas, invadieron la zona y accedieron al mercado. Empezaron a disparar a discreción contra la multitud, matando a 24 personas y prendiendo fuego a la mayoría de las tiendas del mercado", aseguró el testigo.
Otro residente, que habló bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, señaló que ningún efectivo de las fuerzas de seguridad acudió en ayuda de la aldea, que había solicitado la semana pasada la presencia de la Policía.
"Urgimos a los agentes de seguridad a desplegar a su personal, pero hicieron oídos sordos a nuestro llamamiento", agregó ese testigo. Los radicales han intensificado recientemente sus ataques en las zonas rurales de Borno, donde han dejado más de cien muertos en la última semana.
En Borno, feudo espiritual y de operaciones de Boko Haram, también se halla la localidad de Chibok, donde el grupo radical secuestró el pasado 14 de abril a más de 200 niñas de un escuela que siguen en paradero desconocido.
La secta, cuyo nombre significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder y fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha provocado más de 4.000 muertos. Habitada por unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus diferencias políticas, socioeconómicas, religiosas y territoriales.