Según la ministra de Defensa, los equipos incluyen armas con capacidad para penetrar blindados, como cohetes antitanques, miles de fusiles de asalto, granadas de mano, equipos para remover minas, anteojos de visión nocturna y tiendas y cocinas de campaña. "La entrega de equipos alcanza para abastecer a una brigada de 4.000 soldados", dijo la ministra de Defensa Ursula von der Leyen.
Rompiendo con una política de la posguerra de no enviar armas a zonas de conflicto, la canciller Angela Merkel dice que el norte de Irak es una "excepción" debido a la naturaleza de la violencia del Estado Islámico.
"Las vidas de millones de personas, la estabilidad de Irak y de toda la región y (...) debido al alto número de combatientes extranjeros, nuestra seguridad en Alemania y Europa, están siendo amenazadas", dijo un comunicado del gobierno después de que Merkel se reunió con algunos de sus ministros para discutir los detalles de la asistencia a los kurdos.
"Ayudar a los que sufren y detener al ISIS son nuestra responsabilidad humanitaria y nuestro interés de seguridad", agregó.
Alemania, como otros países europeos, está preocupada por la perspectiva de que algunos musulmanes radicalizados fogueados en el campo de batalla regresen a casa y signifiquen una amenaza de seguridad doméstica.
La inteligencia alemana estima que al menos 400 alemanes se han unido al ISIS. El responsable de la agencia de inteligencia doméstica dice que hay evidencia de que cinco ciudadanos y residentes alemanes han realizado atentados suicidas para los insurgentes en meses recientes.
Alemania ya ha enviado ayuda humanitaria a los kurdos iraquíes, además de equipos de defensa como cascos y piezas para proteger el cuerpo, pero no armas. También ha enviado seis soldados al consulado general de Arbil para ayudar a coordinar el esfuerzo.