Jaled al Falih, minisitro de Sanidad de Arabia Saudí, ha señalado que "la principal razón de este tipo de accidente (...) son los peregrinos que se mueven sin respetar los horarios". "Si los peregrinos hubieran seguido las instrucciones, este tipo de accidente podría haberse evitado", achacando así el accidente a "peregrinos indisciplinados" que han querido "seguir las instrucciones".

La avalancha se ha producido, por razones que aún se desconocen, en una zona de tránsito entre los campamentos de los peregrinos y el puente Jamarat, lugar desde el que los musulmanes lapidan simbólicamente a Satán.

Según el último balance oficial, al menos 717 personas han muerto y 805 han resultado heridas, muchas de las cuales están semiinconscientes. Las víctimas están siendo atendidas en decenas de centros médicos, lo que ha sumado al caos un enjambre de ambulancias.

La avalancha ha tenido lugar en una de las calles principales que llevan hasta el puente de Jamarat, lugar desde el que los musulmanes lapidan simbólicamente a Satán. Aquí ya se han registrado avalanchas con muertos en otras ocasiones, lo que llevó a las autoridades saudíes a ampliar el puente para facilitar el tránsito y evitar nuevos desastres.

El rey Salman ha ordenado, en un discurso transmitido por la televisión Al Arabiya, llevar a cabo una investigación en profundidad para determinar las causas del accidente y revisar los planes de seguridad para el Hajj, la tradicional peregrinación a la Meca, con la intención de que no volver a vivir tragedias como la ocurrida.

En un discurso transmitido por Al Arabiya, Salman ha considerado necesario analizar en detalles las medidas de seguridad vigentes sobre esta celebración religiosa con el fin de identificar las deficiencias y mejorar la normativa al respecto.

Además, el monarca suní ha ordenado iniciar una investigación exhaustiva para determinar el origen de lo que ha descrito como "un doloroso incidente".