Los misioneros españoles luchan en África contra la enfermedad y defienden no sólo su labor sino la repatriación de los dos misioneros. Para ellos, el problema es un Gobierno demasiado confiado, no la repatriación en sí. Critican duramente que los protocolos no han sido estrictos. Ni siquiera en los países con ébola una ambulancia transporta a pacientes tras estar en contacto con el virus.