El vicepresidente egipcio de Relaciones Internacionales, Mohamed el Baradei, renunció este miércoles al cargo, tras los violentos disturbios de las últimas horas en el país, en una carta dirigida al jefe de Estado interino, Adli Mansur.
"Presento mi dimisión del puesto de vicepresidente y pido a Dios el Altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones de pueblo", explicó El Baradei en su misiva. "Ha llegado a ser difícil para mí continuar al frente de la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo y de las que temo sus consecuencias", agregó el premio Nobel de la paz egipcio.
En ese sentido, señaló que no es capaz de asumir la responsabilidad de "una sola gota de sangre" ante Dios, ante su conciencia y los ciudadanos, especialmente, porque estaba convencido de que la violencia era evitable. Advirtió de que "lamentablemente los que se benefician de lo sucedido hoy son quienes llaman a la violencia, al terrorismo y a grupos más extremistas".
El Baradei llevaba en el cargo desde el pasado 14 de julio, después del golpe de Estado militar que depuso al presidente, el islamista Mohamed Mursi, el día 3 de ese mes. En el texto, el exdirector del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) apuntó que ha intentado defender en su puesto los principios de la Revolución del 25 de Enero, que derrocó al régimen de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
"Creo que la estabilidad y la prosperidad solo se lograrán mediante un consenso nacional, y la paz social, a través de la creación de un Estado civil, en el que no se implique la religión en política", indicó. Destacó que hay grupos que adoptan la religión como "un telón" y que tuvieron éxito en dividir el país tras alcanzar el poder hace un año, en referencia a los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militó Mursi hasta que accedió a la Presidencia.
Apuntó que con el derrocamiento de Mursi esperaba que se pusiera fin a la polarización y que por ese motivo aceptó el cargo. Sin embargo, con el cambio de autoridades, "hemos llegado a un estado de polarización más dura y el tejido social está amenazado porque la violencia no trae más que violencia", lamentó.
El grupo "Tamarrud" (rebelión), instigador de las protestas que precedieron a la destitución de Mursi, criticó la dimisión de El Baradei, afirmando que en "estos momentos históricos supone una huida de la responsabilidad". "Deseábamos que El Baradei desempeñara su papel para aclarar la situación a la comunidad internacional y que explicara que Egipto afronta un terrorismo organizado que es un gran peligro para la seguridad nacional", dice la nota colgada en su página oficial de Facebook.
Según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad, al menos 149 personas han muerto y 1.403 han resultado heridas en los enfrentamientos ocurridos en varias provincias del país. Los disturbios se desencadenaron después de que las fuerzas del orden lanzaran esta mañana una operación policial para desmantelar las acampadas de los seguidores de Mursi en El Cairo.