La centenaria monja francesa Lucile Randon, conocida como hermana André y considerada la persona más anciana del mundo, ha fallecido a los 118 años, según ha indicado su residencia a la agencia Reuters este martes. La religiosa, que se unió a la Iglesia en 1944, había sobrevivido al COVID-19 el año pasado.
Nacida el 11 de febrero de 1904, Randon era hasta su fallecimiento la persona viva más longeva del planeta, de acuerdo con el ranking mundial de supercentenarios del Grupo de Investigación de Gerontología (GRG).
Según Guinness World Records, la hermana André se convirtió en 2022 en la persona viva más longeva tras el fallecimiento de la japonesa Kane Tanaka, a los 119 años, y fue la tercera persona francesa más longeva y la tercera europea más longeva de todos los tiempos.
En su juventud trabajó como maestra e institutriz y cuidó de niños durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, pasó 28 años trabajando con huérfanos y ancianos en un hospital antes de convertirse en religiosa. Además, hasta su muerte ostentaba el récord Guinness a la monja más longeva.
Vivió la pandemia de gripe española de 1918 y hace dos años dio positivo en coronavirus, aunque superó la enfermedad sin más síntomas que algo de cansancio, recuperándose a tiempo para su cumpleaños número 117. Durante los últimos 12 años de su vida vivió en una residencia de ancianos. Aunque parcialmente sorda y en silla de ruedas, a la hermana André le gustaba mantener su mente activa y no renunciaba a un dulce de vez en cuando y a una copa de vino diaria, según Guinness World Records.