Al menos cuatro presos han muerto durante una rebelión carcelaria en la localidad brasileña de Cascavel. Dos de ellos han sido decapitados y los otros dos  han perdido la vida tras ser arrojados desde uno de los tejados de la cárcel.

Alrededor de 700 reos están participando en el motín que se inició en protesta por la forma en la que es dirigida la prisión, por las condiciones alimentarias y de higiene.

Anthony Jhonson, presidente del Sindicato de Agentes Penitenciarios de Paraná, ha elevado a cinco el número de muertos.

Además, ha afirmado que el motín se inició durante la entrega del café en una celda de la novena galería.

En el marco de los disturbios, dos agentes penitenciarios han sido hechos rehenes y Jairo Ferreira, abogado del sindicato de la prisión, ha afirmado que están siendo sometidos a tortura psicológica.