El presidente egipcio, Mohamed Mursi, anunció una iniciativa para la formación de un gobierno de unidad nacional y de un comité para enmendar la Constitución, en un discurso a la nación.
Dentro de esa iniciativa, se abordará con las fuerzas políticas la celebración de elecciones legislativas en un plazo de seis meses tras reformar la Constitución.
Mursi señaló que "no hay alternativa a la legitimidad" y exhortó a los egipcios a no ser violentos nunca con el Ejército, después de que este concediese un plazo de 48 horas a Mursi para "atender las demandas del pueblo".
Para el presidente islamista, el país se enfrenta al "desafío de los seguidores del antiguo régimen" de Hosni Mubarak, que "quieren manipular la ira de los jóvenes, quienes tienen derecho a estar enfadados". Mursi insistió en repetidas ocasiones que la legitimidad constitucional está con él, y que, por ello, no piensa renunciar a su cargo.
El presidente destacó que el pueblo egipcio lo eligió para su cometido en unas elecciones limpias y democráticas, y que, aunque "no ansía el poder", está comprometido con su misión.
Pese a ello, instó a los egipcios a no derramar la sangre de sus propios compatriotas y recordó que solo podría declarar la "yihad" contra los "enemigos del país".