Se cumplen 300 días de guerra en Ucrania, tan solo un día después de la festividad de San Nicolás, en un país que ahora ve apagadas ciudades que estaban llenas de luz. Hace tan solo un año, los ucranianos colocaban sus árboles junto a los lugares más emblemáticos para celebrar la festividad del 19 de diciembre, la más importante para los niños del país por ser cuando, tradicionalmente, reciben sus regalos.
Hoy, 366 días después del último San Nicolás antes de la invasión, la Navidad se apaga entre escombros y sin un ápice de supervivencia en ciudades que ven cómo la destrucción se ha apoderado de la luminosidad por los continuos ataques rusos a infraestructuras energéticas.
En contraste con la excitante mañana para muchos niños ucranianos del pasado 19 de diciembre de 2021; en Kiev, como en muchas otras ciudades del centro y este del país, este lunes los ucranianos amanecieron bajo una nueva oleada de ataques con drones. 23 de ellos golpearon objetivos de la infraestructura energética, lo que ha convertido en más dramáticos los últimos apagones.
Sin embargo, el espíritu navideño resiste entre los ucranianos que, aún en sus casas, tratan de reanimar ciudades apagadas por las tropas rusas. La tragedia y la barbarie no ha podido derrotar el entusiasmo generado por San Nicolás este 2022, que ha dejado imágenes inéditas e históricas en pleno conflicto con Rusia. Es el caso, por ejemplo, de diversas personas bailando junto a un árbol de Navidad en la estación central de tren de la capital.
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Así, donde las calles oscuras apenas se intuyen gracias a las pocas bombillas que relucen entre las ventanas, los ciudadanos se han agolpado frente a un árbol que ilustra la bandera ucraniana en una plaza de Kiev.
Los apagones generalizados en la capital contrastan de este modo con construcciones nuevas, como la de otro árbol formado por palomas de la paz en otra plaza de Kiev o el denominado 'tren de San Nicolás', cargado de regalos y material escolar, en el que se realizan representaciones teatrales para niños en las áreas más afectadas por la guerra.
No solo en la capital; en el Donetsk, una de las zonas más golpeadas por la invasión, se ha podido ver a ciudadanos reunidos para ver películas navideñas en un refugio antiaéreo gracias a un generador y un televisor.
Estas navidades son un hilo de esperanza para una población que sufre, desde hace más de 9 meses, el impacto de las bombas en sus territorios y que ha tenido que lamentar la pérdida de incontables vidas humanas a lo largo de la invasión rusa en el país. Según datos oficiales, los ataques han causado al menos la muerte de 7.000 civiles y 10.000 soldados y ha provocado la emigración, dentro o fuera del país, de millones de ucranianos.