Once refugiados han muerto, entre ellos tres niños, ahogados al intentar alcanzar la isla griega de Samos. Son las últimas víctimas mortales de la histórica crisis migratoria en Europa. En lo que va de 2015, cerca de 4.000 personas han muerto en el Mediterráneo y más de un millón han llegado a suelo europeo huyendo de la guerra y la pobreza.