El "desastroso resurgir" de la heroína como droga de consumo popular ha desatado las alarmas de Naciones Unidas, cuyos expertos señalan que en Estados Unidos las sobredosis han adquirido el rango de "epidemia" y en Europa también se detecta un incremento preocupante del consumo.

La heroína y otros opiáceos que se consumen con jeringuilla suponen las drogas más peligrosas para la salud tanto por el riesgo de sobredosis como por la posibilidad de contagiarse con el VIH o la hepatitis C, advierte el Informe Mundial sobre Drogas 2015, difundido en Viena por la ONU.

"La heroína sigue siendo la droga que mata a más personas y este resurgimiento se debe abordar con urgencia", afirma el director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yuri Fedotov.

Unos 247 millones de personas consumieron algún tipo de droga en 2014, una cifra estable respecto a años anteriores, pero, por primera vez en seis años, aumentó la cifra de drogodependientes, de 27 a 29 millones, debido al auge de la heroína.

En EEUU el regreso de la heroína se debe a que consumidores de opioides sintéticos utilizados como analgésicos o sedantes, y para los que se requiere receta, han pasado a emplear esta droga, que es más accesible y barata en el mercado negro.

En el año 2014, las muertes debido al consumo de drogas ascendieron a 207.000 personas. Una estimación "mínima y muy a la baja", según explica en rueda de prensa Angela Me, responsable del informe, al exponer que numerosos estados no ofrecen datos para realizar esta estadística.