El líder opositor ruso Alexei Navalni ha salido del coma inducido en que se encontraba tras ingresar en la clínica berlinesa de La Charité el 22 de agosto y su estado ha "mejorado", según el parte médico emitido hoy por ese centro hospitalario alemán.
Navalni reacciona cuando se le habla, prosigue el comunicado, aunque no se puede descartar aún secuelas por el "grave envenenamiento" que ha sufrido.
El opositor ruso fue trasladado a esa clínica berlinesa tras colapsar durante un vuelo interno en Rusia y por petición expresa de su familia, que hizo las primeras denuncias de envenenamiento, luego corroboradas por los médicos que le tratan.
El equipo médico de la Charité, ha establecido que fue envenenado con un agente nervioso del grupo Novichok. El caso de Navalni ha abierto un conflicto en las relaciones entre Berlín y Moscú.
La canciller alemana, Angela Merkel, instó la semana pasado a las autoridades rusas a un total esclarecimiento de lo que calificó de "intento de asesinato con veneno" y advirtió de que buscará una respuesta conjunta a escala de la Unión Europea (UE) y la OTAN.
Desde la oposición se han sucedido las exigencias para que se paralice incluso el controvertido proyecto del Nord Stream2, el gasoducto que debe garantizar la llegada de gas ruso a Alemania.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, abrió este fin de semana la puerta a posibles sanciones contra Moscú, sin descartar que éstas puedan afectar al proyecto.
El portavoz del Gobierno germano, Steffen Seibert, alertó hoy de que Berlín no va a esperar "meses" a una respuesta de Moscú por el caso de Navalni, aunque expresó cierta comprensión ante el hecho de que Rusia aún no ha dado las explicaciones requeridas.
No negó, además, que pueda producirse la paralización del proyectado gasoducto, con el argumento de que "la canciller cree que sería erróneo descartar algo".