El estadounidense Dan Tillery adopotó a un perro adorable perro que se llama Diggy pero ahora está teniendo problemas con la policía. Y es que ambos viven en Waterford, en Michigan, donde una ordenanza municipal ha prohibido a los vecinos tener perros de la raza Pit bull.
Lo más curioso del caso no es la ordenanza municipal, sino que Diggy es un Bulldog Americano pero aun así las autoridades creen que es un perro ilegal y lo han puesto en la lista de espera para que sea ejecutado.
En una entrevista a 'The New York Post', Dean cuenta que un agente le dijo: "Sabes, realmente no necesitamos mucho más, pienso que ese perro es un pitbull. Tienes tres días para ponerlo fuera de tu casa".
Dan ha realizado todo el papeleo para demostrar que Diggy no es un Pitbull y un veterinario del municipio ha clasificado al perro como un Bulldog Americano, pero todavía está pendiente de la decisión de la policía.