Nuevas denuncias de abusos sexuales contra el multimillonario Mohamed Al Fayed. Otras 65 mujeres han denunciado también, ante la cadena británica BBC, haber sido víctimas de abusos por parte del magnate, cuando éste era propietario de los grandes almacenes Harrods. Estas acusaciones se suman a las cinco mujeres que alzaron la voz el pasado mes de septiembre.
Las denuncias incluyen nuevos detalles de acoso, agresión sexual y violación. Varias de las mujeres fueron reclutadas, según su versión, para optar supuestamente a puestos de trabajo como parte del personal doméstico del multimillonario y fueron luego explotadas sexualmente por Al Fayed, algunas dentro de su mansión en Oxted (Reino Unido).
El también expropietario del club de fútbol londinense Fulham, que murió a los 94 años sin afrontar ninguna consecuencia legal por sus acciones, ha sido acusado de múltiples agresiones sexuales después de que la cadena BBC hiciera pública una investigación.
Investigaciones internas en Harrods
Entre las nuevas alegaciones figura la de una mujer que asegura que fue agredida por Al Fayed en Dubai en 1977, la primera de las acusaciones contra el egipcio que han salido a la luz. Según la BBC, 37 de las 65 nuevas mujeres que han compartido ahora su experiencia habían trabajado en Harrods.
Tras destaparse el escándalo, la empresa anunció una investigación interna liderada por abogados y una revisión de la situación por parte de un comité no ejecutivo del consejo de administración, que será independiente de la gerencia de la compañía.
Además, un grupo de abogados que representan a las víctimas del empresario preparan una demanda civil contra los grandes almacenes, a los que acusan de auspiciar un sistema de colaboración y encubrimiento para Al Fayed, que involucró a médicos que examinaban ginecológicamente a las empleadas, trabajadores de recursos humanos y personal de seguridad.
Por su parte, la Fiscalía británica reconoció que descartó en al menos dos ocasiones presentar cargos por delitos sexuales contra el fallecido empresario, en 2008 y en 2013, al considerar que no había pruebas sólidas.