Por 498 votos a favor y 114 en contra, los diputados dieron luz verde al primer trámite parlamentario del brexit, una legislación que recibirá previsiblemente el respaldo definitivo de los Comunes el próximo miércoles, antes de someterse al escrutinio de los Lores.
Un grupo de más de cuarenta diputados laboristas se rebeló contra la disciplina de voto impuesta por su líder, Jeremy Corbyn, y se opuso a la ley, junto con el Partido Nacionalista Escocés (SNP) y la mayoría de los liberaldemócratas.
Aunque la mayoría de diputados conservadores y laboristas hicieron campaña a favor de continuar en la UE antes del referéndum del 23 de junio sobre la cuestión, muchos argumentaron hoy que el Parlamento no debe oponerse a la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas. "Defendí (la UE) con pasión y sacrifiqué mi puesto en el Gobierno por ello, pero, al final, debemos aceptar que estamos en una democracia y que la mayoría ha hablado", dijo el exministro de Economía "tory" George Osborne, que abandonó el gabinete un mes después de que el 51,9% de los votantes británicos optara por el "brexit".
Ed Miliband, antiguo líder del Partido Laborista, se expresó en la misma línea al asegurar que oponerse al divorcio con Bruselas significaría que "aquellas personas que votaron a favor del 'brexit' porque se sentían ignoradas, estarían siendo ignoradas de nuevo". De las cinco enmiendas propuestas por la oposición en esta primera etapa parlamentaria, el presidente de los Comunes, John Bercow, tan solo admitió a debate una del SNP, que exigía al Gobierno más detalles sobre sus planes de cara a la ruptura con la UE.
May desactivó por la mañana la posibilidad de que el sector de su partido crítico con un "brexit duro" se sumara a esa propuesta, al anunciar que este jueves publicará un "libro blanco" sobre el "brexit", un documento en el que expondrá los pormenores de su plan para abandonar la Unión.
La próxima semana, en la llamada fase de comités, la oposición defenderá sus principales enmiendas al escueto texto, de apenas unas líneas, que otorgará al Ejecutivo el poder constitucional necesario para iniciar los trámites de separación. El llamado "Proyecto de ley de la Unión Europea (Notificación para la retirada)", sigue un trámite parlamentario acelerado a fin de que el Ejecutivo pueda cumplir el calendario previsto para la activación del tratado 50 del Tratado de Lisboa, la formalidad que iniciará un periodo de dos años de negociaciones entre Londres y Bruselas.
El Tribunal Supremo ha obligado a May a pasar por el Parlamento antes de dar ese paso, pero la primera ministra mantiene su intención de entregar la notificación a la UE antes de abril. Según ha desvelado el diario británico "The Times", la líder conservadora espera que el texto esté aprobado antes de la cumbre europea prevista el 9 y 10 de marzo en Malta, una reunión que May quiere aprovechar para dar el pistoletazo de salida oficial al "brexit".
En enero, May avanzó que antepondrá los controles a la inmigración a otros intereses y que el Reino Unido está listo para abandonar el mercado único europeo, un club que permite el comercio sin aranceles entre sus miembros pero que exige la libre circulación de ciudadanos.
May ha expresado asimismo su deseo de llegar lo antes posible a un acuerdo para garantizar los derechos adquiridos por los comunitarios residentes en el Reino Unido y los británicos en el resto del continente, si bien Bruselas ha insistido en que esas negociaciones solo se iniciarán tras la activación del artículo 50.
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Si se cumplen los planes del Gobierno, el Reino Unido cortaría los lazos con la UE a principios de 2019, aunque la primera ministra se ha mostrado partidaria de un acuerdo de transición que evite una ruptura abrupta que podría dañar la economía.