Desde el pasado 10 de marzo de 2015, la Oficina Australiana de Seguridad de Transportes (ATSB, por sus siglas en inglés) ha estado investigando el caso de un piloto que aterrizó su avión en Melbourne, cuando debió hacerlo en Malasia. Ahora, se han publicado las conclusiones de su estudio. Según afirma, el vuelo del Airbus A330 debía llegar a Kuala Lumpur, pero el piloto posicionó las coordenadas a 11.000 kilómetros de distancia del destino correcto.
Pese a que el piloto se percató de su error tras despegar, sus esfuerzos por corregir el itinerario fueron en vano debido a las dificultades meteorológicas. Al final, al avión acabó aterrizando en Melbourne, aunque el capitán solicitó hacerlo en Sidney. Malasia, el destino que estaba previsto, quedó a 6.322 kilómetros de distancia.
Además, según recoge el diario británico 'The Telegraph', el Airbus A330 no estaba equipado con un sistema de gestión de vuelo actualizado. De haber sido así, se podría haber evitado el error a tiempo.
Tras el incidente, la compañía AirAsia actualizó los cursos de entrenamiento para sus pilotos e inició una investigación interna de todos sus programas informáticos y sistemas de navegación. Después de tres horas en Melbourne, los mismos pasajeros y la misma tripulación se dirigieron, esta vez sin desvíos, al destino correcto: Kuala Lumpur.