Los dos detenidos de 30 y de 35 años, residentes en Montreal y Toronto respectivamente, están acusados de "conspirar para efectuar un ataque terrorista" contra un tren de pasajeros.
En la operación para desarticular el grupo, denominada ‘proyecto smooth’, participaron los servicios de seguridad de Canadá y Estados Unidos, que mantuvieron a los dos sospechosos bajo vigilancia desde el comienzo.
La policía canadiense relacionó el grupo terrorista con la organización Al Qaeda en Irán, calificando como 'muy grave' el propósito de hacer descarrilar un tren.
Los servicios de seguridad canadienses han advertido en los últimos años de la radicalización de jóvenes del país, que son reclutados por organizaciones terroristas porque su pasaporte les permite cruzar las fronteras sin tantos problemas.
Sin embargo, el Gobierno iraní niega tajantemente cualquier vinculación con el atentado frustrado en Toronto.
Ante la afirmación de la policía nacional de Canadá de que los dos sospechosos detenidos el lunes tenían vínculos con Al Qaeda dentro de Irán, el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Ramin Mahmanparast, sostuvo que se trata de una nueva muestra de la ‘iranofobia’ del Gobierno canadiense.
Mehmanparast aseguró que su Gobierno se opone a los actos terroristas e instó a Canadá y otros países occidentales a dejar de apoyar las actividades terroristas en el mundo, específicamente en Siria.
Irán respalda al presidente sirio, Bachar al Asad, en el conflicto actual, mientras que Al Qaeda lucha contra Al Asad, junto con la oposición siria, que cuenta con las simpatías de gran parte de Occidente.