El conflicto en el Líbano ha escalado en las últimas horas, con un creciente número de refugiados sirios, que habían huido de la guerra en su país, ahora forzados a regresar a Siria para escapar de los bombardeos israelíes. A medida que los ataques en el sur del Líbano se intensifican, Israel parece estar preparando el terreno para una posible invasión contra las posiciones de la milicia chií Hizbulá.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha rechazado una propuesta internacional, impulsada por Francia y Estados Unidos, que solicitaba un alto al fuego de 21 días. La respuesta desde la oficina del primer ministro fue: "Netanyahu ha dado instrucciones al ejército para continuar los combates". Esto, a pesar de los llamados del primer ministro libanés, Najib Mikati, quien ha denunciado ante la ONU la situación humanitaria en su país, afirmando que "los hospitales del Líbano están llenos de civiles heridos, entre ellos decenas de mujeres y niños".

La situación se agrava con los recientes ataques israelíes en Beirut, mientras las tropas israelíes, bajo las órdenes del jefe del Comando Militar Norte, Ori Gordin, y el jefe del ejército, Harzi Haleyi, continúan golpeando objetivos de Hizbulá en el sur del Líbano. "Debemos estar completamente preparados para las maniobras y la acción", afirmó Gordin, sugiriendo que la invasión del sur libanés podría estar más cerca de lo que pensaba.

Eduardo Saldaña, codirector de 'El Orden Mundial', señala que Israel podría estar "escalando mucho para luego desescalar", mientras que otros expertos, como Yago Rodríguez de 'The Political Room', advierten que una incursión prolongada en el sur del Líbano podría atraer la intervención de Irán, lo que acercaría la región a un escenario de guerra total.