Minneapolis hierve de indignación por la muerte de George Floyd a manos de la Policía. Un nuevo episodio de violencia racista contra la población afroamericana que ha desatado las protestas en la ciudad estadounidense, que el jueves vivía su tercera noche consecutiva de movilizaciones, que en esta ocasión se saldaban con la quema de una comisaría, disturbios y saqueos.
Miles de personas volvieron a salir a las calles para protestar por la muerte del hombre afroamericano, detenido bajo sospecha de haber intentado pagar con un billete falso en un supermercado, al que un policía inmovilizó con una rodilla sobre el cuello hasta que murió asfixiado, pese a que no opuso resistencia, desoyendo sus súplicas.
Al caer la noche, los saqueos e incendios se extendieron por la ciudad mientras numerosos manifestantes se agrupaban en torno a la estación de Policía del Tercer Precinto de Minneapolis, convertida en un símbolo de la protesta por la muerte de Floyd. En un momento dado, lograron prender fuego al edificio policial, que ardió ante el festejo de muchos, llegando incluso a lanzar fuegos artificiales.
La Alcaldía pidió entonces a los manifestantes que se retirasen de la zona por el riesgo de que explotara el edificio, en cuyo interior, según dijo, habría material explosivo.
Durante esta nueva jornada de concentraciones, las protestas se extendieron también por la vecina ciudad de Saint Paul. Unas manifestaciones intensificadas después de que el fiscal del condado anunciase que no tiene intención, de momento, de imputar cargos ni de detener al agente responsable de la muerte de Floyd, Derek Chauvin.
Tampoco ha ayudado a calmar los ánimos que Chauvin y los otros tres agentes implicadoshayan sido despedidos, ni que el comandante de la Policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, haya pedido perdón a la familia de Floyd.
La escena de su agonía fue grabada por transeúntes, que dejaron constancia de cómo Chauvin mantuvo la rodilla sobre el cuello de Floyd, de 40 años, durante minutos, hasta que este dejó de respirar. "Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor", se escucha implorar a la víctima. Un "no puedo respirar" que, precisamente, se ha convertido en el grito de la protesta.
La amenaza de Trump: "Cuando empiezan los saqueos, empiezan los disparos"
El gobernador del estado de Minnesota, el demócrata Tim Walz, ha activado a la Guardia Nacional, que ha desplegado a medio millar de soldados. El cuerpo anunció en una serie de 'tuits' estar listo para actuar: "Hemos activado a más de 500 soldados en Saint Paul, Minneapolis y las comunidades cercanas. Nuestra misión es proteger la vida, preservar la propiedad y el derecho a la manifestación pacífica".
Por su parte, el presidente Donald Trump ha criticado lo que califica de una "falta total de liderazgo" por parte del alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, aseverando que si este no conseguía controlar la ciudad enviaría a la Guardia Nacional para "hacer bien el trabajo".
"Estos matones están deshonrando la memoria de George Floyd", afirmó el mandatar que ha asegurado que los militares apoyarán al gobernador y ha lanzado una advertencia: "Cualquier dificultad y asumiremos el control, pero cuando empiezan los saqueos, empiezan los disparos".