Decenas de sirios se concentran en la Plaza de España de Melilla. Exigen su traslado a la península. Con pancartas, denuncian que no son criminales y que se sienten humillados. Piden que se les informe sobre su situación y reclaman el salvoconducto que les permita viajar para reencontrarse, en muchos casos, con familiares repartidos por distintos países de la Unión Europea.