El presidente ruso, Vladímir Putin, expresó sus condolencias a Barack Obama y al pueblo de EEUU por la matanza registrada en la ciudad de Orlando.
En un telegrama, Putin calificó lo sucedido de "crimen bárbaro" y señaló que Rusia comparte el dolor y la tristeza de los familiares de las víctimas. También desea una pronta recuperación a los heridos en el ataque perpetrado en una discoteca gay de Orlando.
Unas palabras entendidas por muchos como una frivolidad. No por la condena de un acto terrorista, sino por el hecho de que Rusia sigue a la cola en igualdad y tolerancia con el colectivo LGTB.
En Rusia, la homosexualidad está condenada, sobre todo como movimiento social. Ni la literatura, ni la prensa ni la política pueden enarbolar la bandera gay. De hecho, una encuesta del Centro Levada revela que el 37% de los rusos ven la homosexualidad como una desviación.